Mejorguay 2010

En Mejorguay, los políticos, casi todos jóvenes, conmensuraron un programa económico para crecer en dos lustros, 200 %. Estos jóvenes políticos, con sentido común y sin resentimientos, recibieron de sus mayores un país arruinado moral y económicamente, un país cuya población emigraba por no saber que hacer y sin posibilidades de trabajo. Estos nuevos políticos pusieron énfasis en el crecimiento económico, entendieron que para repartir se tiene que tener. No se puede repartir pobreza; se comprometieron y se juramentaron ser valientes. Tomaron como ejemplo a Nueva Zelanda, Chile, Irlanda, Corea, Japón, y concluyeron que si ellos pudieron, nosotros también lo conseguiremos. Se implementaron en menos de 180 días las siguientes medidas: Se vendieron al mejor postor internacional, la telefónica, las compañías estatales de electricidad, la del agua, el correo, el ferrocarril, la del cemento, la de combustible, la banca estatal en su totalidad y se comprometieron a no influir nunca más en el sistema financiero.
También se privatizó la jubilación y la salud del empleado. Se negoció con sus socios vecinos, y se concesionaron por 50 años, las dos hidroeléctricas; de una de ellas se consiguió 4.000 millones de U$A y de la otra 1.000 millones de U$A. Se vendieron los dos aeropuertos, a sendas compañías especializadas norteamericanas, quienes ya comenzaron a construir en la capital una terminal a todo lujo. Se dolarizó la moneda, retirando la denominación nacional, que por mucho tiempo estuvo devaluada o sobrevaluada perjudicando a todos. También se liquidó el Banco Central y la corrupción en él imperante. Las tasas de interés bajaron a niveles accesibles, como en Estados Unidos, y los plazos se extendieron considerablemente. Sirvieron para financiar empresas a 20 años de plazo y comprar viviendas a 30 años, se liberaron las leyes bancarias, responsabilizando de su suerte al ahorrista y al banquero. Jamás el estado volvió a cargar con las culpas de los financistas. Con la dolarización, se obvió el déficit del presupuesto, alejando de los pocos políticos viejos que quedaron en el Congreso, la posibilidad de distribuir lo que no se tiene. También la dolarización trajo mucho capital foráneo, especialmente de los países vecinos, del dinero que pudieron salvar del pago de los altos impuestos imperantes en esas naciones.
Mejorguay se llenó de bancos internacionales y fue el paraíso fiscal más cercano de la zona. La competencia fue brutal, y en menos de 10 años, la tasa de interés fue mejor que en los Estados Unidos. En Mejorguay, se respetó la propiedad privada, los jóvenes políticos sin resentimientos ni odios, se dieron cuenta de que el respeto a la propiedad, es el primer mandamiento del progreso humano: "Si no es mío, para que trabajar". En ese país se acordó una guerra a la burocracia, se derogaron todos los decretos y leyes estatistas y socialistas, se liberó y se permitió la libre contratación laboral y se eliminó el sueldo mínimo. Gracias a esto se crearon miles de puestos de trabajo, especialmente para jóvenes. También se modifico la Constitución Nacional, y las leyes electorales; las candidaturas se hicieron unipersonales y el congreso se conformó en mitades. La Cámara de Diputados, con 50 Diputados y la Cámara de Senadores con 30 Senadores. Las elecciones internas de los partidos políticos para elecciones nacionales se realizaron a padrones abiertos, con esto se terminó el internismo.
La Corte Suprema de Justicia y el Consejo de la Magistratura fueron despolitizados. Los roles del Estado fueron redirigidos exclusivamente a la seguridad del individuo, al garantizar el libre mercado y la competencia. La educación fue descentralizada y las universidades estatales cerradas. Los buenos alumnos tuvieron becas completas del Estado, a devolver. La salud estatal central se hizo exclusivamente preventiva y los centros de salud transferidos exclusivamente a las municipalidades. El ejército se convirtió en guardia nacional y se asentó en la frontera. Mejorguay se retiró del MERCOSUR por tener impuestos tan bajos, que los vecinos no pudieron acompañar, por sus abultadas deudas externas. Por Ley Constitucional, el Estado solo pudo gastar en sí mismo el 20 % del PIB, así fue como progresó esta nación, en apenas dos lustros para la felicidad de sus habitantes.

Las utopías también son liberales!